Hace tiempo que siento, sobretodo en la gente preparada de
mi generación, que nos sentimos perdidos… No sabemos para dónde tirar, ¿emigrar?
¿Reinventarse y aguantar aquí? ¿Trabajar en algo muy diferente a nuestros
estudios y de nivel muy inferior? ¿Pasar de todo esto y irnos al campo a volver
a vivir como hace muchas décadas de una forma más simple, más ecológica y
dejando de lados las “comodidades” de la vida que hemos vivido hasta ahora?
Sabemos que la mayoría no viviremos el mismo nivel y estilo
de vida que nuestros padres a pesar de tener un nivel de estudios superior, que
trabajaremos hasta los 70 si no es más para cobrar una mínima jubilación o ni
siquiera eso… que si queremos tener hijos y queremos una buena educación
seguramente esta tendrá que ser de pago, que si queremos buena atención
sanitaria también la tendremos que pagar, además de pagar muchos impuestos por
la gran deuda contraída durante décadas por nuestro país, sin recibir apenas
prestaciones, que si queremos un hogar digno para vivir estaremos sentenciados
con el banco de por vida que ya hará todo lo que pueda por asfixiarnos hasta
quedar casi moribundos… Que este año se nos diga a los estudiantes de economía
que si queremos introducirnos en el mercado laborar “de lo nuestro” tenemos más
posibilidades si no cerramos el expediente, que si lo cerramos, y queremos
ejercer como economistas, porque si no se nos tendría que pagar un sueldo mínimo
obligatorio por nuestra titulación, ¡es muy triste! Y no nos da ninguna
motivación ni fuerza para acabar lo que un día empezamos con ilusión.
Tenemos la certeza de que aquí continuarán las cosas muy mal
por muchos años, pero ¿a caso en otro país alguien garantiza que nos irá mejor?
Porque hay muchos tópicos sobre la vida en otros países, una vez marchamos
somos inmigrantes allá dónde vayamos e igual que se trataba aquí a los inmigrantes
cuando llegaban seremos tratados allá dónde vayamos, y en muchos países como
Noruega o Suecia que tenemos tan estereotipados hay mucha separación entre los
inmigrantes y la gente de allí, y aunque tengamos estudios es muy difícil llegar
a tener el mismo nivel de vida que ellos.
Por lo tanto según mi punto de vista si marchamos para vivir
una aventura, conocer otras culturas y maneras de vivir, aprender idiomas, etc…
esa es la mentalidad, y si por el camino nos va bien, pues mejor. Pero si ya
marchamos con la idea “de una vida mejor” y de tener el mismo nivel de vida que
la gente del propio país a la primera, fracasaremos estrepitosamente… y eso
muchos lo sabemos.
Entonces ¿Qué hacer de aquí en adelante? Es nuestro gran
reto, porque ahora mismo todos nos sentimos perdidos y con pocas esperanzas…